Antes de pasar al ensayo creo que es importante aclarar la nomenclatura que usaré a lo largo del mismo. Para ello es necesario tomar en cuenta las siguientes notas:
• Primera: las citas no siempre serán textuales o literales, pues antes que remitirme a las oraciones precisas me remito a las ideas contenidas en ellas.
• Segunda: por consiguiente todo lo escrito en letra normal se tratará de mis interpretaciones y opiniones.
• Tercera: para referirme al autor lo haré de las siguientes maneras: Descartes, el Filósofo (con mayúscula), el autor, René o Renato.
Aclarado lo anterior paso a iniciar mi ensayo.
Introducción
Descartes es un pensador del siglo XVII, por ende, la inercia del renacimiento está muy presente en sus ideas. Así como el hombre renacentista tiene conciencia de sí en una época de cambios, René llega a la conclusión de que no hay certeza de que todo aquello que ha aprendido sea, categóricamente, la verdad que sustenta a las ciencias. La duda, como impulso primario de su búsqueda, es lo que genera en él la necesidad de ir más allá de lo aprendido en las aulas del colegio. Descartes hace una estimación de lo aprehendido teóricamente y de aquello que es aprehendido, como él dice, en “la escuela de la vida”, es decir, lo que se aprehende con la experiencia .
Dudar, una actividad que puede generar conflicto y más en el tiempo de Descartes ; por eso es muy cuidadoso de no tocar temas religiosos y de hacer aclaraciones sobre delimitar el campo del que se duda en el texto. Al Filósofo le toca vivir una era de conflictos: la guerra de los 30 años, las revueltas de los hugonotes y la aristocracia en constante choque con el poder real. El rey, Luis XIII, prácticamente es una figura ornamental y el poder es ejercido, con mano de hierro, por el famoso cardenal Richelieu . Esta es la Francia en la que vive Descartes y de la que más tarde surgirán figuras importantes en la historia del pensamiento.
Pero ¿de dónde surge la duda? ¿Por qué dudar de lo que se ha aprendido? ¿Cuál es el fin de la duda? ¿Hasta qué punto se debe dudar? ¿Debemos dudar de la duda misma? Si dudamos de todo, entonces ¿qué dará sustento a nuestra búsqueda de las bases reales de la filosofía y, por consiguiente, de la ciencia? Sobre esta línea de pensamiento es como elaboraré el trabajo de interpretación de este texto, principalmente me interesa el cuestionar sobre el origen de la necesidad de dudar: ¿Por qué? ¿De qué? ¿Para qué? ¿Cómo dudar? Ciertamente hay certezas que no se ponen en duda, por eso Descartes enuncia su famoso cogito ergo sum, deben de existir cosas de las cuales no hay duda; las matemáticas le dan al Filósofo la posibilidad de aplicar su método y de demostrar, incluso de crear nuevas ramas de la ciencia como lo es la geometría analítica . Pero también Descartes aterriza sus ideas y hace una búsqueda en la vida común, por eso decide viajar y conocer las costumbres de otros lugares, es decir, que se da a la tarea de conocer las distintas formas de moralidad, de cultura y de la relación entre las personas: su manera de vestir, de comer, de vivir y hasta de hacer la guerra . Creo que Renato verdaderamente tuvo una búsqueda iniciada esta por la duda, de aquí mi interés en este elemento primario del método cartesiano. La pregunta sobre la cual hago la directriz de este ensayo es el por qué de la duda, vamos, si pudiera preguntarle personalmente a Descartes le preguntaría: ¿Monsieur Descartes por qué duda usted de todo? ¿No ha comprobado ya muchas cosas que le fueron enseñadas? ¿No ha evidenciado que muchos de los conocimientos que le enseñaron en la escuela son verídicos? Si duda ¿Puede usted estar tan seguro de su cogito? La duda ¿es una necesidad? ¿Por qué la duda?
La Duda en Descartes
¿Por qué la duda?
El ser humano posee el Buen Juicio, Descartes se refiere con ello a la Razón, pero no basta con su posesión sino con la correcta aplicación de él. El autor hace mención de su formación académica, pero a pesar de haber sido un buen estudiante había en él una insatisfacción por lo aprendido, parece ser que en el fondo el Filósofo no tenía la certeza de que todo aquello que le era enseñado fuera, con toda seguridad, la verdad. Es más, todo lo que prendía sólo le causaba interrogantes mayores. La duda no era una nueva herramienta para los filósofos, pues ya en la Edad Media San Anselmo tuvo la actitud del "creyente que pregunta a la razón" , pero con Descartes adquiere un nivel de importancia mayúsculo como una herramienta del razonamiento. Gracias a la duda René elabora un método de conocimiento que, a su criterio, busca nuevos saberes y no sólo defienda los argumentos de aquéllos ya conocidos como es el caso del silogismo . Los libros resultan ya obsoletos por eso el Filósofo decide hacer trabajo de campo en la escuela de la vida : se va de viaje y conoce otros modos de pensar, de aplicar ese Buen Juicio, de contraponer sus opiniones con otras personas de distinta moral, idioma, tradición, ideología, etc. Él cree que de esta manera su conocimiento será más completo que lo que puede ser el aprender a través de las aulas; se da cuenta que el escribir sus ideas desde una oficina, alejado del mundo, es una posición muy cómoda, pero, sobre todo, distante de la verdad, pues el discurso, por sí mismo, no es suficiente para generar un nuevo saber. Este saber debe ponerse a prueba en el mundo fenoménico: debe haber una forma de estar, si no libre de duda, por lo menos con cierta certeza de que lo que sabemos es verdad o cercana a ella. El universo es como un libro en donde está escrita la verdad suprema.
La filosofía se presentaba dudosa para Descartes dado las opiniones diversas que podíamos encontrar sobre un mismo tema. Por consiguiente, el resto de las ciencias que se habían fundado sobre la base de la filosofía, debían ser necesariamente dudosas .Las matemáticas le dan a Descartes esa certeza que busca, son como un elemento que oponen resistencia a la duda porque son comprobables, no dependen del discurso, de los sentidos ni de la subjetividad del individuo. Renato hace una reseña biográfica en esta parte del texto (primera y segunda parte), nos cuenta de sus viajes por Europa, de su participación en guerras y su encuentro con culturas distintas a la suya. El Filósofo no juzga, en base a su cultura, la cultura ajena. Claro, le parecen raros los idiomas con los que se encuentra, con las diferentes costumbres y con las personas que tiene contacto. Mas no por eso hace juicios de valor, pues mantiene una actitud abierta: cada quien aplica ese buen juicio por distintos caminos , por lo menos mantiene una actitud congruente con su filosofía.
Descartes hace una comparación del conocimiento con la arquitectura, dice que es más bella una obra cuando es de un solo autor que cuando es hecha por varios, porque en la diversidad de juicios se va dispersando la pureza de la obra; sucede lo mismo con el conocimiento: cuando abundan tantas opiniones sobre un mismo tema la verdad está cada vez más lejos. Es por eso que apela a la razón de cada hombre, en su caso de sí mismo. Durante su formación recibió diferentes concepciones del conocimiento y de lo conocido, eso precisamente fue lo que motivó
en él la reflexión y de ahí pasó a la duda. De haber recibido educación de un solo maestro no habría tenido la necesidad de inquirir más profundamente por la verdad de las cosas, porque esa variedad de juicios lo hizo dudar de la veracidad del conocimiento . Entonces, poco a poco, la duda viene a ocupar un lugar crítico en su manera de aceptar los discernimientos que se le ponen enfrente. Descartes piensa que la mayoría no se mete en este tipo de problemas porque acepta el saber de una manera tradicional, es decir, que se admiten conocimientos porque son expresados por una comunidad que tiene cierta popularidad, o sea, se apela a la autoridad. El Filósofo, aunque no lo menciona explícitamente, tiene un problema de aceptación a la autoridad: es un libre pensador y como tal no ve con buenos ojos a quienes tratan de poner límites al pensamiento. El autor vive así un proceso en el cual la duda va afianzándose cada vez más a su epistemología: primero no se siente satisfecho con las explicaciones divergentes que sus maestros le dan, después surge en él una reflexión que lo lleva a plantearse la duda de si lo que recibió fue realmente la verdad y, finalmente, a tomar la duda como un filtro en el cual se pone a prueba todo conocimiento aprendido y por aprender. La duda lo lleva, entonces, ante la necesidad de una metodología mediante la cual sea posible alcanzar su fin: la verdad. Éste es el método que fue desarrollado por Descartes en cuatro pasos:
Pasos del Método:
I.- No aceptar nada como verdadero sin haber sido comprobado.
Regla de la evidencia: Esto quiere decir que la realidad que conocemos es verdadera en la medida en que se capta de manera clara y distinta . Para Descartes, claro es una percepción que se muestra presente y que manifiesta una mente atenta. Distinto significa aquella percepción que siendo clara se encuentra tan separada de las otras percepciones que se muestra de forma manifiesto.
II.- El problema planteado hay que dividirlo en partes.
Regla del análisis: La realidad se nos muestra compleja y es imprescindible separarla en partes para conocerla.
III.- Ordenar esas partes y analizarlas yendo de la más simple a la más compleja.
Regla de la síntesis: Según Descartes, las cosas simples las conozco por intuición, es decir clara y distintamente, las cosas complejas por deducción, o sea es aquel pensamiento que va pasando de una intuición a otra de forma ordenada.
IV.- Hacer una enumeración de todas las partes estudiadas.
Regla de la enumeración: Constituye un repaso de todas las anteriores, para asegurarse de no omitir nada.
El proponer un método supone, al mismo tiempo, una manera de actuar, o sea, que el método viene acompañado por una moral con la cual el Filósofo debe abordar el conocimiento. Descartes se pone como principios morales estas tres máximas:
• Obedecer las leyes. Conservar la religión. Tener opiniones moderadas ya que son las mejores en la práctica y así uno se apartaría menos del camino elegido.
• Ser lo más firme y resuelto en sus acciones y no seguir las opiniones dudosas de los otros, sino que se deben seguir las opiniones más probables.
• Debía vencerse así mismo antes que la fortuna, procurar cambiar sus deseos antes que el orden del mundo y acostumbrarse a creer que lo único que esta en nuestro poder es la capacidad de pensar.
Como conclusión sobre esta moral podemos decir que Descartes examina las hechos de los hombres y elige el mejor, el propio, que consistía en ejercitar su razón y progresar lo más que pudiera en el conocimiento de la verdad con el método que él había ideado. También trata de juzgar bien para obrar bien y juzgar mejor para obrar de la mejor manera posible. Podemos decir que esta moral de Descartes constituye una forma de protegerse, ya que manifiesta de esta manera el temor que tenia de ser considerado hereje por las autoridades, pues ya había ocurrido recientemente con Giordano Bruno y Galileo:“Parecía que Descartes no arriesga demasiado. Dice que destruirá todo, pero mientras tanto conserva todo ¿No será acaso un modo de protegerse contra cualquier asechanza o acusación del mundo convencional? Mas vale prevenir que curar”.
¿Cómo dudar?
Descartes asume la duda con una actitud de “humildad intelectual”, da por sentado que nada sabe sobre su objeto de estudio, duda así de lo que se dice del mismo y, de esta manera, se encarga de estudiar. No es la actitud negativa típica de los escépticos que dudan sólo por dudar y se las dan siempre de irresolutos . Se debe dudar con el propósito de afianzarse en la verdad.
¿Hasta qué punto se debe dudar?
Una vez que apartaba “la arena movediza de y la arena se da con la roca viva” , que gracias a su método lo lograba muy bien Descartes, descubría las falsedades o verdades de las proposiciones que analizaba de manera racional hasta que no se encuentre ninguna tan dudosa que no se pueda sacar de ella alguna conclusión bastante cierta, aunque sólo fuera la de que no contiene nada de cierto.
¿Se puede dudar del cogito?
Para el Filósofo todo es falso, por eso la duda; pero se da cuenta que su pensamiento generaba esa duda. Por lo tanto él mismo debía ser algo y algo verdadero: el hecho es que se ve como un ser que piensa y se piensa a sí mismo. Pienso, luego existo; no se puede dudar de esta sentencia porque es tan firme y segura que los argumentos de los escépticos no pueden refutarla: «Yo soy una cosa o sustancia pensante» . No podemos dudar de nuestra existencia, pues el pensamiento está ligado a ella.
Las parte cinco del texto habla sobre los frutos del método en el campo de la física (problema de la luz), de la anatomía (estudio del corazón y la circulación sanguínea) y de la metafísica, pues hace una comparación entre el alma humana y la de los animales.
La sexta parte aborda una reflexión de la investigación científica: en primer lugar, el progreso de la ciencia reporta múltiples beneficios materiales y morales. En segundo lugar, el progreso científico necesita la comunicación de las experiencias de otras personas. No abordo estas partes con mayor profundidad debido a que están fuera de la línea de interpretación hermenéutica con la que he afrontado el texto.
¿Qué dice el texto?
El hecho de haber sido escrito en francés y no en latín implica un rompimiento con la tradición escolástica que dominó durante siglos a la filosofía. Descartes pretendía con ello hacer una obra que fuese accesible a todo el mundo, incluso a quienes fueran desconocedores del latín, que eran la mayoría de la población y que debido a su precaria situación económica no habían podido estudiar en las escuelas . Inauguró la filosofía moderna; abrió nuevos cauces a la ciencia; iluminó los rasgos esenciales de la literatura y del carácter francés . Con “El Discurso del Método” la filosofía se moderniza . Descartes abre una nueva era para la filosofía porque considera que la lengua popular es un medio capaz de transmitir los conceptos filosóficos más elevados; el pensamiento cartesiano por poner en primer lugar al ser racional como su única fuente de conocimiento, sin tener que consultar la autoridad de un libro o filósofo. Para el Filósofo la razón humana es suficiente para llegar a la verdad, pues está ha sido dada por Dios a los hombres.
¿Qué me dice a mí el texto?
Que todos tenemos la capacidad de razonar, del Buen Juicio, de buscar por nuestros propios medios la verdad. Descartes se pone como ejemplo a sí mismo y da cuenta de los frutos obtenidos por su método. La duda no es un capricho sino una herramienta con la cual se inicia la búsqueda de la verdad: es una guía con la que vamos orientando nuestros saberes sobre aquello en lo que queremos abundar. La duda es esencial en este proceso, porque si no dudamos no sentimos la necesidad de inquirir acerca de todo lo que nos rodea; si no sentimos esa necesidad no podemos acceder a la verdad, pues estará velada por el manto de lo evidente, de lo que aparentemente sabemos como funciona. Descartes duda incluso de sus sentidos: “todas las cosas que concebimos clara y distintamente, existen. El hombre tiene razones para creer en el mundo exterior, aunque nuestros sentidos son engañosos” . Por eso, si los sentidos engañan con frecuencia, la razón no puede caer en ese juego. Y se demuestra a sí mismo que la razón, aplicada correctamente, es el medio idóneo para la búsqueda de las verdades a través de las matemáticas. Gracias al desarrollo del método su campo de acción se hace más amplio: abarca las disciplinas de la física, anatomía, moral, metafísica, teología, etc. En las cuales obtiene resultados muy alentadores. Pero lo que creo es el culmen de su obra es la famosa sentencia: Pienso, luego existo. Esto es darse cuenta que se es un ser que piensa, que reflexiona y que es el centro mismo de sus pensamientos. Para pensar es necesario existir; de la existencia humana surge esa posibilidad del pensamiento, por ello no es posible dudar de la existencia. La existencia está fuera de toda duda; ella no es sujeta a ese proceso cartesiano. Es dada por antonomasia. Sin esta base firme de la existencia el pensamiento del Filósofo no tendría sustento, ya que, también, sería puesta en duda. La existencia es el ancla a la cual se aferra la filosofía de Descartes.
El Discurso del Método es, para mí, una invitación a la reflexión por las cosas que juzgamos como “simples” que damos por entendido su funcionamiento. Es también un llamado a pensar por nosotros mismo, a hacer uso de nuestra capacidad humana más distintiva: el razonar.
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