domingo, 20 de junio de 2010

Sobre el mito de Narasimha

La animalidad divinizada

Introducción


“De los caballos Yo soy Uchaisrava… De los elefantes Yo soy Airavata… Entre las vacas soy Surabhi… De las serpientes soy Vasuki… De las serpientes de muchas cabezas soy Ananta… Entre las bestias Yo soy el león… Entre las aves Yo soy Garuda… De los peces Yo soy el tiburón…”

El Bhagavad-Gita, fragmentos.

La animalidad no siempre es sinónimo de la degradación de la calidad del ser humano como tal. En toda cultura hay manifestaciones de la animalidad en un sentido divino, es decir, contrario al uso común que de ella se hace al tratar de sobajar a los demás. Este fenómeno que rige nuestra visión sobre los animales de manera peyorativa es tan antiguo como el hombre mismo; en el Antiguo Testamento se mencionan los animales considerados impuros los cuales deben ser evitados con fines alimenticios. Estos animales impuros, sobre todo el cerdo, son referentes de las conductas más bajas. Siempre que se quiere ofender a alguien se le compara con uno o varios animales; la trampa está en que al animalizar al otro se le quita su calidad de ser humano, dejándolo vulnerable a la voluntad del más fuerte. Los nazis decían que los judíos eran menos que humanos y así justificaban sus acciones de exterminio étnico: “Los nazis, por ejemplo, montaron una complicada maquinaria de exterminio en masa de sus víctimas partiendo de esta dificultad” . El animalizar a los demás es la clave para no empatizar con ellos, pues no hay posibilidad de sentirse igual, ni siquiera cercano a los otros porque se les considera de una calidad inferior a la nuestra. El caso más interesante de este tipo de visión sobre lo animal es El Diablo: su iconografía, por lo general, es la de una quimera; se trata de un ser malvado cuya figura es la mezcla de varios animales: cuernos de toro o de chivo, cara de asno, patas de gallo y/o caballo, alas de murciélago, olor nauseabundo y es la ruina para quien se llegue a topar con él. Vaya atributos que le han sido conferidos a este personaje. Pero no siempre la figura de lo demoniaco está acompañada del elemento animal del mismo modo que la figura divina no siempre está ligada a lo humano. En este trabajo quiero dar a conocer otra forma de concebir la naturaleza divina y la demoniaca basado principalmente en el hinduismo, del cual me considero practicante. Evidentemente como pertenecemos a una cultura judeocristiana me será pertinente iniciar el tema sobre esta tradición, pues veremos que la animalidad divinizada es algo muy común en nuestra cultura sólo que prestamos mayor atención a la concepción negativa.

No estoy de acuerdo con la forma en que Papini expone la presencia del Diablo en la India, pues creo que la demonología del hinduismo es bastante compleja y abundante como para sólo limitarla al mito de la lucha entre Buda y Mara . Existen dos escrituras principales de tipo épico-mitológicas en el hinduismo: El Ramayana y El Mahabharata. En ambas la presencia de dioses y demonios es fundamental: dioses, hombres y demonios conviven en una sinergia cósmica, que lleva a cada uno a ocupar su posición en la compleja estructura social-política-religiosa-espiritual del hinduismo. Los dioses o Devas son también llamados Suras, pues viven de acuerdo a los códigos morales estipulados en las escrituras sagradas. Por ende los demonios son llamados Asuras, porque no viven de acuerdo a los preceptos de las escrituras (Del sánscrito a-no y sura-piadoso) . Estos asuras pueden tener o no una forma corporal monstruosa: su carácter demoniaco no está en su apariencia física sino en la manera en que dirigen sus actos. De manera inversa sucede lo mismo con los dioses: hay divinidades que presentan una imagen poco atractiva para la mayoría de las personas, sobre todo a los occidentales (por ejemplo, el dios Narasimha, la diosa Kali o la serpiente Ananta Sesa), porque su divinidad reside en su naturaleza más íntima, es decir, en su esencia y no en la forma externa que manifiestan. Lo mismo sucede con los hombres sabios y santos: en la tradición hindú la sabiduría y la santidad van unidas, casi son sinónimos. El hombre sabio que busca la Verdad deja, paulatinamente, los conceptos con los cuales manejaba su vida común en el mundo; por ello pierde el interés en cuidar de su aspecto personal, incluso de sus necesidades básicas de comida, vestido y aseo. Todas estas necesidades se ven opacadas por el hambre de la iluminación espiritual. Por este motivo la figura del sabio o santo es, hasta cierto punto, abrumadora. El hinduismo no encierra en modelos establecidos la figura divina y la demoniaca, de ahí su carácter dinámico. Hace caso de los signos externos, pero atiende, sobre todo, a la orientación interna con que se ejecutan los actos: de ahí que unos seres sean considerados divinos y otros demoniacos sin importar su aspecto físico.

Para iniciar este ensayo daré un breve esbozo de la animalidad presente en las tradiciones religiosas más renombradas y terminaré haciendo un análisis del mito hindú del dios Narasimha (mitad hombre, mitad león) y del demonio Hiranyakasipu, que me parece interesante, pues es una concepción de lo divino y lo demoniaco radicalmente opuesta a la convencional.

La animalidad en el Judaísmo, Cristianismo e Islam

Desde las épocas más antiguas lo animal simboliza, ya sea, lo divino o lo demoniaco. En La Biblia el primer elemento animal expuesto es negativo: la serpiente que representa al Diablo es la que se encarga de “tentar” a Eva. En el mito del Génesis la serpiente aparece con la facultad de hablar y de caminar, es por eso que tiene acceso a Eva; después de cometido el pecado original la serpiente es maldecida por Dios condenándola a arrastrarse por el suelo y a ser enemiga de la mujer . Obviamente esta serpiente no era una común sino que se trataba del Diablo encubierto por esta forma para así lograr su cometido.

En el libro del Éxodo podemos ver que Dios hace uso de los animales como instrumentos de su castigo divino, por ejemplo, las plagas de langostas, ranas, moscas, etc., que fueron el azote de Egipto. Finalmente, cuenta el mito, el faraón libera al pueblo judío tras haber pagado el costo por haber encendido la ira de Jehová.

En el mito de Jonás también es muy importante el papel que juega el elemento animal: Dios se vale de una ballena para persuadir al reacio Jonás de volverse un entregado devoto. Al intentar huir de Dios Jonás es echado al mar y es tragado por una ballena, pero sobrevive tres días en sus entrañas; pide a Dios por que lo libere de semejante cautiverio y promete que al salir cumpliría su voluntad. Dios lo libera de las entrañas del cetáceo y Jonás cumple su promesa. Con la llegada del cristianismo el uso de símbolos basados en figuras animales se hace más constante; el pez (Ichthys) y la figura del cordero son de los primeros en identificarse con Cristo , más tarde la paloma simbolizaría al Espíritu Santo. Los cuatro evangelios tienen como íconos las figuras animales: un ángel, un león alado, un buey, un águila. El evangelio de Mateo se simbolizó con la figura de un ángel, pues presenta a Jesús como descendiente de David y, por consiguiente, perteneciente al linaje del profeta Abraham. Con el ángel también quiere destacarse la divinidad del nazareno. La figura de los ángeles es un ejemplo de la animalidad divinizada: seres de apariencia humana, pero con alas de ave, andróginos encargados de servir como emisarios de los dioses en el mundo de los hombres. Los ángeles están presentes en otras culturas distintas a la judeocristiana como son: Persia, China, India, Egipto , sólo que son mencionados de distintas maneras, aunque siempre mantienen su carácter de emisarios. El evangelio de Marcos está simbolizado con el león porque inicia haciendo referencia de Juan el Bautista quien vivía en el desierto junto a los animales salvajes propios del lugar. El rugido del león es símbolo de la voz de los profetas que denuncian a la sociedad cuando se han desviado de la voluntad de Dios . El evangelio de Lucas está representado por el buey porque comienza con la visión del profeta Zacarías quien veía el templo de Jerusalén donde eran sacrificados diferentes animales como palomas, cabras, terneros y, sobre todo, bueyes. Vemos que los animales fungían un papel de ofrenda a Dios de parte de los antiguos judíos. Dios, en La Biblia, le otorga al buey una categoría igual a los hombres: “Aquel que me inmola un buey es como el que degollase a un hombre” . Es decir, que entre las ofrendas el buey es algo especial. Finalmente el evangelio de Juan está simbolizado por un águila con la mirada al sol, o sea, con una visión hacia lo divino: a Jesús-Dios .

Entre los santos del cristianismo hay dos casos que me parecen interesantes: San Antonio Abad y San Francisco de Asís. Conocido también como El Santo de los animales, San Antonio Abad (251-356) es famoso por su buena disposición hacia ellos. Dice una leyenda: “Se cuenta también que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos (que estaban ciegos), en actitud de súplica. Antonio curó la ceguera de los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le defendió de cualquier alimaña que se acercara”. Es curioso que el día de la fiesta dedicada a este santo (17 de enero) se lleve a cabo la bendición de los animales; en nuestro país esta costumbre todavía existe, particularmente, en las zonas rurales . A San Antonio Abad se hizo costumbre de representarlo dominando la impureza (Bíblicamente el cerdo es considerado como un animal impuro) y por esta razón a su iconografía le fue adherido un cerdo domado a sus pies . San Francisco de Asís (1182-1226) es otro personaje ligado a los animales: sus contemporáneos hablan con frecuencia del cariño de Francisco por los animales y del poder que tenía sobre ellos. Por ejemplo, es famosa la reprensión que dirigió a las golondrinas cuando iba a predicar en Alviano: "Hermanas golondrinas: ahora me toca hablar a mí; vosotras ya habéis parloteado bastante". Famosas también son las anécdotas de los pajarillos que venían a escucharle cuando cantaba las grandezas del Creador, del conejillo que no quería separarse de él en el Lago Trasimeno y del lobo de Gubbio amansado por el santo. Algunos autores consideran tales anécdotas como simples alegorías, en tanto que otros les atribuyen valor histórico”.

La santidad de San Francisco llegó a tal punto en que podía sentir un tipo de conexión con las entidades vivientes. Ese estado de conciencia es muy propio de los místicos: poco a poco se van derrumbando las diferencias que separan al hombre de su entorno, que en un aspecto no son diferentes de sí mismo. Fruto de la influencia de este santo la orden de los franciscanos tiene un par de oraciones especialmente dedicadas a los animales:

Por todos los animales: “Bendito seas, Dios Todopoderoso, creador de todos los seres vivos. En el quinto y sexto días de la creación Tú creaste los peces en los mares, aves en el cielo y animales en la tierra. Tú inspiraste a San Francisco para que considerara a todos los animales como sus hermanos y hermanas. Te pedimos que bendigas a este animal. Por el poder de tu amor permite que (el animal) viva según tu deseo. Siempre serás alabado por toda la belleza de tu creación. ¡Bendito seas, Dios todopoderoso, en todas tus criaturas! Amén”.

Por los animales enfermos: "Padre Celestial, Tú creaste todas las cosas para la gloria de tu nombre y nos hiciste sirviente de esta criatura. Si así es tu deseo, restáurale su salud y fuerzas. Bendito seas, Dios todopoderoso, sagrado sea tu nombre por los siglos de los siglos. Amén” .

Con este par de santos, San Antonio Abad y San Francisco de Asís, los animales tienen ahora una categoría más humana, pues tienen la capacidad de responder a la santidad: se ponen a sus órdenes como el caso del Hermano lobo o apelan a ella en pos de aliviar sus males como en el caso de la jabalina. Ahora los animales entran al mundo de las oraciones y las plegarias, se convierten en seres capaces y dignos de ser objeto de nuestras meditaciones religiosas. Lo animal pasó de ser la imagen de los vicios más bajos a la de la posibilidad de tener un despertar espiritual.

El Islam, a pesar de que la tradición asegura que el profeta Mohammed prohibió la representación de seres vivientes , también tiene influencia de la animalidad: “En el Corán aparecen diversos animales que se sitúan en el marco de la vida de los beduinos o de los cultivadores del oasis y que tienen múltiples significados. Con frecuencia se designa al ganado mayor y menor con un nombre genérico aunque en ocasiones se precise que se trata de caballos, asnos o mulos, la mayoría de las veces recalcando su utilidad, aspecto vital en un medio hostil como es el desierto. En otras ocasiones se mencionan especies en particular porque conforman una anécdota o parábola: la camella sagrada, el lobo que devoraría a José, el pez de Jonás, la fragilidad de la tela de la araña, los pájaros creados por Dios que sólo Él sostiene... Otras veces tienen un sentido metafórico, siempre relacionado con el mensaje divino: Resurrección de las aves, bestias que aparecerán para anunciar el Juicio Final, castigos divinos concretados por metamorfosis en cerdos y monos para los impíos… Otras tienen un amplio sentido figurado, como el Bicorne que alude a Alejandro Magno o Buraq, el caballo alado, etc.”

Cuenta la tradición sobre el pasaje de La Hégira: “En el preciso momento en que los Kuraischitas llegaban a la boca de la caverna (en la cual se había escondido el profeta Mohammed), brotó, frente a su entrada una acacia en cuyas ramas extendidas una paloma hizo su nido y puso sus huevos, en tanto que una araña tejía su tela por todo el árbol. Al ver estas muestras de pacifica quietud, lo Kuraischitas llegaron a la conclusión de que nadie había entrado recientemente a la caverna; de suerte que se desviaron de aquel camino prosiguiendo su búsqueda en otra dirección” .

De esta manera, al igual que en el caso de los santos cristianos, los animales responden a la pureza espiritual del Profeta; es evidente la cercanía entre el hombre y el animal en la tradición musulmana. En el islam la animalidad tiene acceso a las esferas de lo sagrado . Incluso el fundador del islam ha dejado en dos hadiths su deseo de que los animales reciban un trato cordial:

Una mujer había martirizado a una gata; ésta enfermó y murió de hambre. Por esto ella fue al Infierno. Salvo error, (Dios o el Guardián del Infierno) le dijo: “Tú no la has alimentado, ni dado de beber, por lo tanto tú la has enfermado y no la has dejado ir libremente para que se alimentara de los pequeños animalillos salvajes”.

El Profeta dijo: “un hombre que caminaba fue torturado por la sed. Descendió a un pozo y bebió. A medida que iba saliendo vio a un perro jadeante que comía tierra de tanta sed que tenía. El hombre se dijo; he aquí uno que está tan afectado como lo he estado yo mismo. Llenó entonces su cantimplora, la cogió entre los dientes, salió del pozo y dio de beber al perro. Dios le recompensó por su acto y le perdonó sus faltas. (...) Dijo: Oh, enviado ¿Es que tendremos una recompensa celeste por hacer bien a los animales? Él dijo: Por hacer bien a todo ser viviente habrá una retribución. Aquel que se arrepienta de una donación es como el perro que vuelve a su vómito. Nada es peor a nuestros ojos” .

Entonces vemos que los santos, es decir, aquellos que están adelantados en la espiritualidad tienen una forma de concebir y de relacionarse con los animales de manera distinta a la mayoría ¿Por qué? Especulando podría responder que en los textos de la antigua India se dice que aquel que ha llegado a una etapa de madurez en su proceso evolutivo de conciencia puede ver la unidad en la diversidad, cito el siguiente verso del Bhagavad Gita: “Los sabios no hacen distinción entre un brahmín instruido y humilde, una vaca, un elefante, un perro o un paria” . Aquí la pregunta es: ¿Qué es eso a lo cual se remiten los sabios que los hace ver a todos por igual? La respuesta de los comentaristas del Gita , en sus respectivos términos, es el Ser (entendido ya sea como Brahmán o Paramatma). El Ser es el concepto en el cual convergen los sabios y santos de distintas tradiciones y de diferentes tiempos. Los animales llevan en sí mismos el Ser. Los dioses, el hombre y los animales son asiento del divino Ser. Como los sabios viven en sintonía con el Ser han podido librarse del engaño de las categorías con que trabaja la mente conceptual del hombre ordinario . De ahí la posibilidad de tener una conexión con el Ser presente en el otro, a pesar de tratarse de un animal.

Hemos llegado al punto de tratar la visión de la animalidad desde la perspectiva del misticismo de la India.

Hinduismo

Es difícil definir al hinduismo: “Para muchas personas puede tratarse de una religión vaga, indefinida y pintoresca con muchas deidades; los propios hindúes son aficionados a describir el hinduismo como una forma de vida más que como una religión” . Pero podemos definir al hinduismo, de manera referencial, como a los mitos, religiones y filosofías originados en el subcontinente Indio. Me parece interesante que de las antiguas religiones presentes todavía, el hinduismo sea la que más elementos animales incluya en su panteón. Cierto es que hubo otras tradiciones, como la egipcia y la maya, en que la animalidad era parte importante de sus divinidades, pero, desafortunadamente, han desaparecido dejándonos sólo una pequeña muestra de lo que fue su manera de vivir y concebir la religión. En el hinduismo podemos encontrar a vasta gama de dioses con figura de animal: Ganesha (dios elefante), Hanuman (dios mono), Anantadeva (dios serpiente), Nandi (dios toro), Hayagriva (dios caballo), Garuda (dios águila), Varaha (dios jabalí), Matsya (dios pez), Kurma (dios tortuga), Narasimha (dios hombre-león), etc. Así como una cantidad considerable de demonios con forma completamente humana: Kumbhakarna, Indrajit, Hiranyakasipu, Hiranyaksa, Sisupala, Kamsa, etc. Por lo que se entiende que la divinidad no está implícita en la forma o apariencia estética sino en la ética que desarrollan los personajes del panteón hindú. ¿Cómo saber qué actitudes son consideradas las óptimas para posarse en el plano de lo divino? El Bhagavad Gita, en el capítulo XVI, habla sobre las cualidades divinas y demoniacas. El criterio para calificar a alguien como divino o demoniaco es de tipo ético. Según esta escritura las cualidades de un ser divino son las siguientes:

“La valentía, la purificación de la existencia propia, el cultivo del conocimiento espiritual, la caridad, el autocontrol, la ejecución de sacrificios, el estudio de Los Vedas, la austeridad, la sencillez, la no violencia, la veracidad, el estar libre de ira, la renunciación, la tranquilidad, la aversión a buscarles defectos a los demás; la compasión, el estar libre de codicia, la mansedumbre, la modestia, la firme determinación, el vigor, el perdón, la fortaleza, la limpieza y el estar libre de envida y del ansia de honor: estas cualidades ¡Oh, hijo de Bharata!, les pertenecen a hombres piadosos que están dotados de naturaleza divina” .

Por consiguiente los demonios serán aquellos que no se rijan por estás máximas éticas. Un verso del Gita menciona de manera contundente las cualidades de una persona demoniaca:

“Refugiándose en una lujuria insaciable y absortos en la vanidad del orgullo y el prestigio falso, la gente demoniaca, engañada de ese modo, siempre está entregada a trabajos sucios atraída por lo temporal” .

¿Por qué en el hinduismo abundan los demonios con forma humana ordinaria? Porque los animales carecen de ego, del tener el concepto yo soy, yo hago, yo actúo, por lo tanto no son susceptibles de sentir envidia, de sentirse más que los demás y de sentir la necesidad de ser honrados por otros. Los demonios del hinduismo buscan eso que, precisamente, les es inexistente a los animales: el ego, el súper Yo. Por este motivo no pueden estar mejor representados que por el hombre mismo. Las divinidades se valen de las cualidades de los animales para ejercer su gracia en el mundo de los hombres, por lo menos este debió de ser el pensamiento de los sabios que crearon los mitos:

“En la India, estas imágenes incluyen casi todas las criaturas hechos o fenómenos. El rayo puede ser adorado porque proviene del dios Indra, una moneda de rupia reproduce un símbolo de Lakshmi, la diosa de la prosperidad. Los taxis de Delhi y Bombay se protegen con figuras de plástico de Ganesha, un alegre elefante sonriente con una pronunciada barriga, danzando en el retrovisor” .

En muchos lugares donde no había influencia de la tradición judeocristiana el hombre creó a los dioses, más que a su imagen y semejanza, de acuerdo a sus necesidades. La esfera simbólica es muy importante en el plano religioso, porque de cierta manera el contenido trasciende a la apariencia. El símbolo funciona de tal manera que siempre esconde un significado adicional a lo que muestra de manera objetiva . Por ejemplo, en Occidente seria exótico adorar a un mono , pero en India el dios mono, Hanuman, es de las deidades más veneradas. ¿Qué es lo que un hindú contempla al ver la deidad, la pintura o al escuchar las historias de este dios? Obviamente se contempla algo que no está presente de manera objetiva, sin embargo la imagen nos señala algo más que el elemento material. Si no fuera así los hindúes adorarían a cualquier mono, pero no lo hacen. Cada ser humano tiene la capacidad de ver la realidad de la divinidad en el marco de propia su subjetividad:

“En un largo viaje a la India detuvimos el coche para mirar a una familia de monos del Himalaya que jugaba al lado de la carretera. Treinta segundos después de salir del coche, toda la manada de monos, probablemente un centenar, se nos echó encima. Mientras todo el mundo hacía fotos y les arrojaba trozos de fruta y de pan, vi, no lejos de allí, a una anciana campesina sola, arrodillada ante una urna improvisada debajo de un árbol. Rezaba a Hanuman, un dios con forma de mono, y entonces me di cuenta de que los monos merodeaban por los alrededores para robar comida del altar y mendigar a costa de los turistas como nosotros… La anciana arrodillada ante la desvencijada urna conocía ciertamente la historia (del dios) desde su infancia, pero ¿por qué adoraba a un mono, aunque fuera un mítico mono volador e incluso rey? La cara de la anciana expresaba tanta devoción como la de cualquiera que rezara a la reina o al rey o al hijo de Dios” .

Los mitos, los ritos y las prácticas de una tradición dan el marco preciso para que esas imágenes simbólicas de Dios, a las cuales el hombre venera, sean vistas, tomadas y aceptadas como reales o por lo menos como poseedoras de una parte de esa realidad a la que hacen referencia. Recuerdo cuando llegué al hinduismo y conocí la deidad de Jagannatha: se trata de una deidad de forma semi-humana; tiene brazos pero no hombros ni manos; tiene cabeza pero no cuello ni orejas, no tiene piernas ni pies ni dedos. El rasgo humanamente distintivo con el que cuenta es el de llevar una gran sonrisa en el rostro. A lo largo de los años he visto como a muchas personas les cuesta aceptar el simbolismo de esta deidad como un referente de la divinidad .

Los mensajes implícitos en los símbolos religiosos no están limitados por el lenguaje: tal vez pueden no ser traducidos, pero sí pueden ser interpretados porque el símbolo contiene y estructura la realidad misma a la que se refiere . Claro que para develar los misteriosos significados de los símbolos de las religiones hay que estar en contacto con ellas: “Sólo un budista o un estudioso de esta cultura percibe al Buda en la posición de la mano de una escultura o el Bodhisattva en la llama en forma de óvalo que rodea su cuerpo” . Creo que para conocer a fondo el significado de un símbolo es necesario estar familiarizado con su tradición; no creo que un estudioso (en el mero plano intelectual), como lo menciona Dupré, llegue a conocer en su profundidad la significancia de un símbolo. Me atreveré a decir que los símbolos religiosos y el arte no están muy distantes entre sí. Ambos buscan provocar una experiencia en el espectador; como es propio de la experiencia artística ésta escapa a la intencionalidad de su creador: el espectador, el conocedor, el artista, el crítico y el filósofo, todos ellos experimentan de diferentes modos la misma obra de arte . Lo mismo sucede con la experiencia religiosa simbólica: cada quien vive su propia experiencia, pero lo característico de la religión es que el referente sobre el cual giran todas las experiencias es suprasensible: no hay modo de medirlo, ni de ponernos de acuerdo sobre su forma. La razón sólo sirve para hacer un ligero sondeo de Él. Por eso me parece que el enfoque meramente intelectual no es suficiente para vivir en su complitud la experiencia del simbolismo en la religión. Los mitos son otra forma simbólica de expresar ciertas verdades metafísicas a través de elementos cotidianos que aparentemente nada tienen que ver con lo divino. En ellos son muy recurrentes las formas animales para representar la trama entre los distintos protagonistas: hombres, dioses y demonios.

Mito del dios Narasimha y el demonio Hiranyakasipu

Entre los avatares del dios Vishnu se encuentra la forma de Narasimha, mitad hombre, mitad león. El mito comienza de la siguiente manera:

“Hiranyakasipu, en busca de beneficios materiales, llevó a cabo una austeridad muy rigurosa, con la que causó grandes sufrimientos en el universo. El propio Señor Brahmá, la principal personalidad del universo, llegó a perturbarse, y fue personalmente a ver la razón que llevaba a Hiranyakasipu a practicar tan gran austeridad. Hiranyakasipu quería ser inmortal. Deseaba no ser vencido por nadie, no verse afectado por la vejez y las enfermedades, y que ningún enemigo le causase trastornos. Es decir, deseaba ser el gobernante absoluto de todo el universo. Con ese deseo, se dirigió al valle de la montaña Mandara y comenzó su rigurosa práctica de austeridades y meditación. Al ver que Hiranyakasipu se había ido a ejecutar austeridades, los semidioses regresaron a sus respectivos hogares; sin embargo, mientras Hiranyakasipu realizaba esas prácticas, de su cabeza comenzó a salir un fuego que afectaba al universo entero con todos sus habitantes, incluyendo a las aves, mamíferos y semidioses. Cuando la temperatura de todos los planetas, superiores e inferiores, fue demasiado elevada como para vivir en ellos, los perturbados semidioses salieron de sus moradas en los planetas superiores y fueron a ver al Señor Brahmá para rogarle que acabase con aquel calor innecesario. Los semidioses revelaron al Señor Brahmá la ambición de Hiranyakasipu de alcanzar la inmortalidad y, de ese modo, superar la breve duración de su vida y convertirse en amo de todos los sistemas planetarios, Dhruvaloka incluido. Después de conocer el objetivo de la austera meditación de Hiranyakasipu, el Señor Brahmá, acompañado por el gran sabio Bhrigu y grandes personalidades, fue a ver a Hiranyakasipu, y le salpicó la cabeza con agua de su de cántaro. Hiranyakasipu, el rey de los daityas, se postró ante el Señor Brahmá, el creador del universo, y le ofreció una y otra vez respetuosas reverencias y oraciones. Cuando el Señor Brahmá consintió en otorgarle sus bendiciones, Hiranyakasipu pidió no ser matado por ninguna entidad viviente creada por él (Brahmá) ni por ningún arma, ni en ningún lugar exterior ni interior, ni de día ni de noche, ni sobre la tierra ni en el aire; pidió que ningún ser humano, animal, semidiós o entidad viviente de cualquier especie, viva o no viva, pudieran matarle. Finalmente, oró pidiendo la supremacía sobre el universo entero, y la obtención de las ocho perfecciones yóguicas, como anima y laghima” .

Más adelante el mito nos dice que una vez con todas las bendiciones otorgadas, Hiranyakasipu se dedicó a conquistar el mundo, incluso llegó a los reinos celestiales obligando a los dioses a estar bajo su dominio. Tanto era el poder de este demonio, pues debido a las austeridades que había realizado por miles de años llegó a la perfección de los poderes místicos, es decir, que obtuvo poderes sobrenaturales. Pero no todo era éxito para el demonio: tenía un hijo llamado Prahlad quien era devoto de Vishnu. El demonio trato de persuadir a su hijo de abandonar el culto a Vishnu, pero todo esfuerzo fue en vano. Prahlad, a pesar de ser un niño, se mantuvo firme en sus convicciones y ante su desesperación el demonio, su propio padre, ordenó matarlo. Los demonios que estaban al servicio de Hiranyakasipu trataron muchas veces de matar al pequeño Prahlad, mas debido a que estaba refugiado en el señor Vishnu éste lo protegía de las intrigas de sus verdugos. Ante la impotencia de no poder matar al niño, Hiranyakasipu, comenzó a ofender a Vishnu, desenfundando su espada el demonio le preguntó a su hijo: “¿Dónde está tu dios? En todo lugar, contestó Prahlad. ¿Está aquí? Preguntó el demonio, Sí, aquí está, respondió Prahlad. ¿Está acaso en esta columna? Volvió a preguntar el demonio, a lo cual Prahlad contestó: sí, está en la columna. ¡Pues mira lo que hago con tu dios! Exclamó el demonio dando un golpe con su espada en la columna del salón. Al momento de dar el golpe, de la piedra misma, salió el señor Vishnu con su forma de Narasimha (mitad hombre, mitad león). Al verlo el demonio quedó perplejo, puesto que nunca había visto una criatura semejante en ninguna parte del universo. Hiranyakasipu sabía que se trataba de Vishnu, su enemigo, y confiado en sus bendiciones se dispuso a combatirlo cuerpo a cuerpo.

La aparición de Vishnu bajo la forma de Narasimha no es algo fortuito: debido a que el demonio había recibido de Brahmá todas las bendiciones que lo hacían casi invencible, Vishnu tuvo que adaptarse a las condiciones del demonio para poder matarlo sin quebrantar las bendiciones dadas por la máxima autoridad del panteón hindú: Brahmá, el creador. La batalla entre Narasimha y Hiranyakasipu y sus hordas de demonios se prolongó por varias horas hasta llegar el ocaso. En ese momento Narasimha tomó al demonio, lo llevó al umbral del salón en el que se encontraban, lo colocó en su regazo y le clavó sus uñas en el vientre. El señor Narasimha estaba furioso, pues el demonio quiso matar a su gran devoto Prahlad. Una vez que abrió el vientre de Hiranyakasipu le sacó los intestinos y se los puso como guirnalda alrededor de su cuello . Así es como el rey de los demonios murió a manos del dios Narasimha. Ante semejante escena uno piensa: ¿Qué hizo Prahlad? Pues lo que hizo fue ofrecerle una guirnalda de flores a su señor Narasimha así como una gran cantidad de oraciones para calmar su ira producida por la batalla.

Analicemos el mito: el demonio pidió no ser matado por ninguna entidad creada por Brahmá: Vishnu no es una creación de Brahmá. El demonio pidió no ser muerto por ninguna arma: Narasimha utilizó sus uñas para matarle. Hiranyakasipu pidió no ser matado en ningún lugar exterior ni interior: Narasimha lo llevó al umbral del salón, es decir, que no se encontraba ni dentro ni fuera del recinto. El demonio pidió no ser matado ni de día ni de noche: Narasimha prolongó la batalla hasta el ocaso, que se considera el momento intermedio entre el día y la noche. El rey de los demonios pidió no ser muerto ni en la tierra ni en el aire: Narasimha tomó al demonio y lo colocó en su regazo, es decir, que no estaba en el suelo ni estaba volando por los aires. Hiranyakasipu pidió no ser afectado por ningún ser humano, animal, dios o entidad viviente de cualquier especie, viva o no viva: Narasimha no era ni hombre ni animal, era ambos; no se considera como una entidad viviente o no viviente porque sus características no encajan con las de los seres vivos o no vivos ordinarios.

Narasimha es la encarnación que vence todas las adversidades con tal de proteger a su devoto. En la tradición vaishnava se recalca la importancia que para el señor tienen sus devotos . En el cristianismo dios se sacrifica por el bien de los demás. En el mito de Narasimha éste desciende al mundo de los hombres para castigar a aquellos que atacan a sus devotos. ¿Por qué son tan importantes para Dios los seres humanos? En el hinduismo la figura del ser humano es muy importante debido a que se encuentra en un plano mediático entre la esfera divina y la demoniaca. El hombre tiene la capacidad de santificarse o de demonizarse. La literatura de la India está plagada de ejemplos de hombres y mujeres santos que son la envidia de los dioses, pero también abundan los ejemplos de hombres como Hiranyakasipu. Entonces el hombre es importante para la divinidad porque puede tener acceso a ella: posee las capacidades para percibirla, experimentarla y relacionarse con ella. Dicho de otra manera el hombre es importante para la divinidad porque le otorga a ésta su existencia.

Muy significativa es la figura del león que se utiliza en el mito. Conocida es la ferocidad de este animal y el mito la utiliza para expresar la manera en la que dios protege a sus devotos. También el león representa la nobleza: Narasimha tenía que matar a un rey y para estar a la altura de las circunstancias se valió de la imagen del león distinguiendo su carácter monárquico. La distinta iconografía de Narasimha varía en el número de brazos que le son representados: los brazos representan las potencias de la divinidad , entonces a mayor número de brazos es mayor la cantidad de potencias que esa divinidad tiene bajo su control según lo expresado en el ícono.

Lo desconcertante para alguien que no está familiarizado con la tradición vaishnava es la forma en que está expresada la divinidad: su aspecto es más el de un demonio, pues es una quimera entre hombre y animal, tal como es la figura del Diablo en occidente. Pero, como hemos dicho anteriormente, la divinidad de cada personaje está dada por su ética. Hiranyakasipu es calificado como demonio no por su apariencia: dice la tradición que era un hombre atractivo que tenía cientos de esposas celestiales. Es demonio porque sus actitudes son inmorales: era envidioso de Vishnu y de sus devotos. El tener un sentimiento de envidia no es malo por sí mismo, lo moralmente incorrecto es que el hombre, en este caso Hiranyakasipu, se deje llevar por ese sentimiento y cometa acciones en contra de la integridad de Vishnu y sus devotos, en este caso el niño Prahlad. Para Narasimha es moralmente aceptable que defienda a su devoto llegando incluso a matar al padre de éste: ese padre era un obstáculo para alcanzar el fin último de la vida (la Liberación). A muchos les puede parecer abominable el hecho de que el dios que adoramos sea el asesino de nuestro padre, pero en el mito de Narasimha es todo lo contrario: el pequeño Prahlad le ofrece una guirnalda al dios que en ese momento está matando a su padre. Lo que hace Prahlad es rendirle homenaje a la divinidad por encima de las consideraciones mundanas. En India lo primero en importancia es lo eterno, es decir, lo que está en relación a la divinidad . Las cuestiones ordinarias no son importantes, pues se desvanecen con el devenir de la naturaleza (a esto se le llama Maya o ilusión). El Ser, entendido como la divinidad, es el único punto de referencia estable sobre el cual puede apoyarse el hombre. Por esta razón Prahlad honra al dios: cuando el devenir llegue su padre habrá dejado de serlo, mientras que el dios seguirá siendo Dios. Prahlad se encuentra situado en el plano del Ser.

¿Por qué Narasimha se pone como guirnalda los intestinos del demonio? Las emociones humanas más burdas son de tipo visceral: miedo, ira, preocupación, alegría todas ellas se hacen manifiestas en nuestros intestinos. Narasimha ataca de raíz el mal del demonio: su orgullo que se manifestaba a través de sus emociones . El dios se pone como trofeo las vísceras del demonio simbolizando el ser conquistador del gran ego del rey de los demonios.

Este mito es muy importante para los vaishnavas ya que representa la buena disposición que Dios tiene para sus devotos. Cuando hay problemas los devotos le oran a Narasimha pidiendo por que las cosas vayan mejor.

Hay más historias de dioses con formas de animal, pero esta en especial fue la que me llamó la atención como un tema de ensayo pues son varios los elementos que podemos encontrar en ella. La animalidad no siempre es sinónimo de la degradación humana: “Ante todo Narasimha es una metáfora de la tolerancia a la ambigüedad. Representa ese momento en que la ignorancia es derrotada y el conocimiento triunfa” .

Hemos visto que en la India los vicios humanos son representados por los mismos hombres y hemos visto que los dioses se valen de formas aparentemente sin importancia, como los animales, para impactar de manera contundente el imaginario del hombre, modificando así su manera de concebirse y de concebir al Ser (la Divinidad).

Glosario

Airavata: Elefante celestial que sirve como portador del dios del cielo, Indra.

Ananta (sesa, deva): serpiente divina (una expansión de Vishnu) que es representada protegiendo la cabeza de Vishnu así como de sus avatares.

Anima: se refiere al poder místico por el cual se puede llegar a ser tan pequeño, que se podría entrar en una piedra.

Avatar: literalmente significa “El que desciende”. Se trata de encarnaciones del dios Vishnu que lleva a cabo para entrar a la esfera humana con algún fin en particular.

Batimiento del océano de leche: mito en el que, al principio de la creación, los dioses y los demonios se pusieron de acuerdo para batir un océano de leche con tal de obtener el néctar de la inmortalidad.

Bhagavad-Gita o Gita, el: episodio del Mahabharata en el cual Krishna y Arjuna tienen un diálogo filosófico en el preámbulo de una batalla. Es el equivalente de La Biblia para los seguidores del hinduismo.

Bharata: legendario rey de la antigua India (de él tomó nombre ese país: Bharata-varsa “la tierra de Bharata”) cuyos descendientes, los Pandavas, son protagonistas de la epopeya “El Mahabharata”.

Brahmá: dios creador de la Trimurti (Trinidad hindú: Brahmá, Vishnu y Shiva), representa la modalidad de la pasión. Se le considera el más sabio de todo el panteón hindú.

Brahmán: Principio absoluto cuyos dos aspectos, Prakriti y Purusha, denotan que es lo Supremo y lo no supremo a la vez, es decir, lo Uno.

Bráhmana, brahmín o brahman: hombre de la casta sacerdotal del hinduismo.

Bhrigu: gran sabio hijo del dios Brahmá.

Bodhisattva: persona que está en la senda de la iluminación.

Buda: literalmente “El iluminado”; generalmente se refiere a Siddhartha Gautama (566-478 a.C.). El hinduismo lo considera como el noveno avatar de Vishnu.

Daityas: las personificaciones del Sol en cada signo del zodiaco.

Dhruvaloka: La estrella polar, un planeta celestial donde vive el sabio Dhruva Maharaja.

Garuda: águila gigante que porta sobre su espalda a Vishnu.

Ganesha: dios con cabeza de elefante, hijo de Shiva. Es una deidad muy popular incluso en los países occidentales.

Hégira, la: huída del profeta Mohammed y sus seguidores de La Meca a Medina.

Hadiths: son las anécdotas o vivencias del profeta Mohammed recogidas en la tradición islámica.

Hanuman: dios mono héroe del Ramayana. Es hijo del dios del viento, posee gran fuerza y sabiduría, además es considerado la personificación de la humildad. Cuenta con muchos seguidores: su imagen es venerada por toda la India.

Hayagriva: expansión de Vishnu con forma de caballo.

Hiranyakasipu: poderoso demonio que con tal de volverse inmortal ejecutó severas austeridades durante miles de años. Al no podérsele conceder tal deseo pidió otras bendiciones para asegurarse de ser invencible. Fue muerto por el dios Narasimha.

Hiranyaksa: demonio hermano del anterior, se robó todo el oro de la Tierra llevándola al caos. Fue matado por el dios Varaha con forma de jabalí.

Indra: dios del cielo. Es el general de los dioses, pues siempre que estos salen a la guerra van liderados por él, su arma predilecta es el rayo.

Indrajit: demonio hijo de Ravana; su nombre significa “El que captura a Indra”, en una batalla este demonio sometió al dios del cielo y lo mantuvo cautivo en un calabozo.

Jagannatha: literalmente “El Señor del Universo”, una versión de Krishna en la que está deformado debido a un éxtasis espiritual. Se le representa junto a sus hermanos Baladeva y Subhadra en el mismo estado. Esta forma es adorada en muchos lugares del mundo debido a la expansión del vaishnavismo gaudiya (de Bengala) que la tiene como una de sus deidades centrales.

Kali: literalmente “la negra”; diosa de la muerte.

Kamsa: rey demoniaco, tío materno de Krishna, que mando matar a todos los niños menores de 2 años de su reino, pues según un oráculo le había profetizado que sería muerto por el octavo hijo de su hermana. Siempre conspiró para matar a Krishna enviándole toda clase de demonios. Finalmente Krishna lo mató.

Krishna: octavo avatar de Vishnu que apareció con forma humana desarrollando los papeles de pastor en su niñez y de príncipe en su etapa de adulto. Se le representa de color azul.

Kumbhakarna: hermano de Ravana; demonio del Ramayana que ante su voracidad los dioses tuvieron que dormirlo en un sueño profundo durante seis meses del año, así los males que hacía fueron menos.

Kuraischitas: una de las tribus de la aristocracia árabe a la cual pertenecía el profeta Mohammed.

Kurma: segundo avatar de Vishnu con forma de tortuga.

Laghima: poder místico de poder acceder a la esfera solar tomando como vehículo la luz del sol.

Mahabharata, El: poema épico que cuenta la historia de la lucha entre la familia real por el trono de la India. Los protagonistas centrales son los Pandavas y el dios Krishna.

Matsya: primer avatar de Vishnu, tiene forma de pez.

Mohammed: el profeta fundador del Islam, cuyo nombre en castellano es Mahoma.

Montaña Mandara: es la montaña sagrada con la cual los dioses y los demonios batieron el océano de leche en su búsqueda del néctar de la inmortalidad.

Nandi: toro celestial que sirve de transporte al dios Shiva.

Narasimha: cuarto avatar de Vishnu con forma de mitad hombre, mitad león.

Pandavas, los: son los cinco hijos del rey Pandu herederos legales del trono de India: Yudisthira, Bhima, Arjuna, Nakula y Sahadeva, quienes además son primos de Krishna.

Pandu: rey descendiente de Bharata, padre de los Pandavas.

Paramatma: es el Ser que está en cada una de las entidades vivientes en el momento que toma conciencia de sí mismo.

Planetas celestiales: son en los que, según los mitos, viven los dioses.

Prahlad: gran devoto de Vishnu hijo del demonio Hiranyakasipu.

Prakriti: Se entiende de dos maneras: 1) Inferior: la naturaleza como causa material de la cual se generan los seres. 2) Superior: el ser humano, capaz de conocer su entidad o sustancia.

Purusha: puede entenderse como: 1) Dios, de cierta manera similar al Motor Inmóvil. 2) En unión con Prakriti como la Causa Eficiente. 3) Referido a dios como Vishnu o Shiva.

Rama: séptimo avatar de Vishnu que desempeñó el papel de un rey ideal.

Ramayana, El: poema épico que cuenta la historia del dios Rama: su destierro del reino, el rapto de su esposa, la guerra contra el demonio Ravana y el regreso al trono.

Ravana: demonio villano del poema épico del Ramayana. Se distinguía por su crueldad y, sobre todo, por tener diez cabezas.

Shiva: el dios destructor en la Trimurti, representa la modalidad de la ignorancia. Se le representa como un asceta vestido con cenizas y una piel de tigre. Es una deidad muy importante que cuenta con muchísimos devotos llamados shaivas o shivaistas que están distribuidos en diferentes líneas filosóficas y teológicas.

Sisupala: rey demoniaco, primo de Krishna, que siempre estuvo envidioso de él.

Sita: diosa consorte del dios Rama. Fue raptada por el demonio Ravana provocando la guerra contra la isla de Lanka.

Surabhi: vaca de los planetas celestiales que cumple todos los deseos de los dioses.

Uchaisrava: legendario caballo que surgió del batimiento del océano de leche.

Upanisad: antiguas escrituras védicas que tratan la metafísica. Schopenhauer era un asiduo lector de ellas.

Varaha: tercer avatar de Vishnu con forma de jabalí.

Vasuki: una expansión de Vishnu con forma de serpiente de proporciones gigantescas que fue utilizada para batir el océano de leche por los dioses y los demonios.

Vedas: antiguas escrituras (1200 a.C.- 600 a.C. aprox.) de la India: en ellas se mencionan los himnos para las diferentes deidades así como sus ritos. También abordan el problema metafísico, el de la relación del hombre con divinidad e incluso temas de la vida común.

Vishnu: dios mantenedor en la Trimurti, representa la modalidad de la bondad. Él junto con Shiva son de las deidades más populares. Vishnu es la única divinidad que tiene avatares. A sus seguidores se les llama vaishnavas o vishnuistas, éstos se distribuyen en muchas ramas filosóficas y teológicas.

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Rivagorda Calasanz Aurora, Espacio, Tiempo y Forma, Serie III (Historia Medieval), Universidad Nacional de Educación a Distancia, España, 1999.

También incluí interpretaciones de la tradición oral que aprendí durante mi formación en el vaishnavismo gaudiya (1994-2008).

De internet:

www.diocesisdecanarias.es

www.artehistoria.jcyl.es

www.worldlingo.com

www.corazones.org

www.petaenespanol.com

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